07 abril 2015

Cunetas Tóxicas

Fumigar con GLIFOSATO


Las Administraciones Locales de nuestra comarca realizan fumigaciones indiscriminadas de los márgenes de las carreteras de la provincia  con herbicidas como el glifosato,  que provocan la contaminación de las cunetas, pero también de arroyos y charcas. Incluso se fumiga en medio los pueblos, sin respetar siquiera a las personas. Es una práctica que está prácticamente erradicada en Europa porque contamina el medio ambiente y ataca a la biodiversidad.

Las Consecuencias


El glifosato es un herbicida no selectivo de amplio espectro que, según estudios científicos, es altamente tóxico para animales y humanos y producen daños genéticos, trastornos reproductivos, anomalías espermáticas y carcinogénesis. El glifosato se absorbe por el suelo, persiste durante meses y es muy soluble en agua, lo que aumenta su peligrosidad al entrar en los ecosistemas por escorrentía superficial.

El glifosato provoca una imparable pérdida de biodiversidad, afectando a varias especies de mariposas, escarabajos, anfibios y plantas silvestres que se refugiaban en las márgenes de las carreteras y en las lindes. Afecta a los numerosos pies de árboles y arbustos, dejando esparcido un veneno que afecta directamente a la fauna silvestre, como conejos, liebres y perdices. Incluso se han fumigado cunetas de zonas recreativas frecuentadas por personas que van a comer o a pasar el día o que son pastoreadas. También se ven afectadas las abejas y el sector apícola.

Hay alternativas


Los métodos tradicionales de desbroce mecánico  - y otros más recientes con quemadores térmicos - evitan todos los problemas de contaminación química, son selectivos y generan empleos, aunque sea temporales, en el castigado mundo rural.

¿Qué podemos hacer?





Para ampliar información:


Legislación Aplicable:

  • Directiva 2009/128/CE de 21 de Octubre: Uso sostenible de los plaguicidas.
  • R.D. 1311/2012 de 14 de Septiembre: Uso sostenible de los productos fitosanitarios.


Web Agrostar
Web Stop Herbicidas Madrid
Artículo de La Opinión de Zamora, 25/11/2011



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